27 oct 2010

Inmigración, Indigencia, ¿Incivismo?

En La Vanguardia (edición impresa) de 27 de octubre de 2010 aparece una gran fotografía de portada en la que se observa al alcalde de Barcelona Jordi Hereu pasando por delante de una persona que acaba de orinar en la puerta de una entidad bancaria. Tanto el periódico impreso como el digital, afirman con contundencia que se trata de un indigente (versión impresa) o inmigrante (versión digital), y que esta es una clara muestra de incivismo en Barcelona. Orinar en el espacio público es efectivamente incívico y por lo tanto acierta La Vanguardia en su denuncia. Sin embargo, de esta fotografía y del texto que aparece en el pie, podría inducirse que las personas inmigrantes y los indigentes son la principal causa del incivismo en las calles de Barcelona. Desconozco si está comprobado que así sea, algo que mi sentido común rechazaría de entrada o como mínimo sometería a revisión. Cualquier ciudadano que se pasee por el centro de Barcelona durante la madrugada de un día de fin de semana podrá comprobar que el incivismo es suficientemente transversal en el conjunto de la ciudadanía. Y aunque este fuera el caso, deberíamos reflexionar sobre cuál es la pregunta que debemos formularnos y por lo tanto el marco central de la discusión: ¿cómo es posible que los indigentes de Barcelona sean tan irresponsables e incívicos, incluso ante la presencia del alcalde? O bien, deberíamos formular: ¿cómo es posible que en una ciudad tan moderna como Barcelona los índices de pobreza son cada vez peores, con cada vez más "sin techo" (ver datos de Arrels Fundació)? Y por lo tanto: ¿Qué podemos hacer como ciudadanos para comprender la situación de los "sin techo", inmersos en el aislamiento social, para incentivarlos a la reinserción y para que a este colectivo, el comportarse cívicamente, suponga el mismo esfuerzo que para el resto de ciudadanos que nunca han sufrido una situación de exclusión similar? En ocasiones, con el rigor de las preguntas nos acercamos a la verdad. La Vanguardia ha sido siempre ejemplo de rigor y profundidad, por lo cual considero la portada del día 27 de octubre un pequeño desacierto en su magnífica trayectoria.

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